Vencido por la curiosidad de saber cómo era el mundo fuera de la corte real, Shidarta pidió que se le permitiera viajar en carro por el campo. El rey accedió, pero despejó la ruta propuesta de modo que su hijo no viera ninguna persona mayor o enferma, ni ningún funeral o monjes por donde pasara el carro. Sin embargo, los dioses, que querían que Shidarta se convirtiera en un gran monje, colocaron cuatro visiones a lo largo del camino: una persona vieja, para que el príncipe aprendiera que al final
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